La tiranía del mérito y el bien común en la sociedad contemporánea

La , ese sistema que promete igualdad de oportunidades y la justificación del basado en el mérito personal, se ha convertido en un concepto tan arraigado en la sociedad que desafiarlo podría parecer una ofensa al sentido común. Sin embargo, ¿es realmente el mérito el que dicta quién tiene éxito y quién no? ¿Y qué sucede con aquellos que, independientemente de su esfuerzo, no alcanzan las altas esferas sociales? En esta profundización del ensayo «The Tyranny of Merit: What's Become of the Common Good?» de Michael Sandel, exploraremos el impacto de la meritocracia en la sociedad y cómo esta puede estar favoreciendo una nueva forma de desigualdad.

El mito de la meritocracia y sus fallas estructurales

Cuando hablamos de meritocracia, referimos a un sistema ideológico que sostiene que la posición de cada individuo en la sociedad debe ser conquistada por su capacidad, esfuerzo y talento. Esto suena justo, ¿no es cierto? Pero la problemática surge cuando dicho sistema, lejos de ofrecer una igualdad de oportunidades, perpetúa y enmascara las desigualdades existentes.

La falacia de la igualdad de oportunidades

Muchas veces se asume que la meritocracia garantiza que cualquier persona con suficiente esfuerzo puede lograr sus sueños. ¿Pero qué sucede con aquellos que parten de una posición menos ventajosa? El contexto socioeconómico, el a educación de calidad y los sistemas de apoyo familiar son solo algunos de los factores que predisponen a un individuo al éxito o al fracaso mucho antes de que tenga la oportunidad de «demostrar su valía».

El resultado: una sociedad fracturada

Al considerar solo el mérito como válvula de ascenso, queda en segundo plano el bienestar del conjunto de la sociedad. Esto crea un escenario de «ganadores» y «perdedores», en el que se justifica la posición de privilegio de unos y se estigmatiza el fracaso de otros, sin considerar las circunstancias que llevaron a cada uno a su situación actual.

El credencialismo y su impacto en la identidad social

El término «» se refiere a la sobrevaloración de títulos y diplomas por sobre la experiencia y habilidades reales. Este fenómeno convierte la educación en un mercado competitivo donde lo que cuenta es obtener la credencial más prestigiosa y no necesariamente la formación que esta representa.

Las consecuencias de la obsesión por las credenciales

Este excesivo foco en las credenciales universitarias crea una discriminación que va más allá de las capacidades individuales, generando una nueva forma de elitismo. No todos tienen el acceso a las universidades de prestigio y aquellos que lo logran, muchas veces son juzgados por el nombre de la institución en su diploma y no por su verdadera competencia o habilidades.

La división política en tiempos de crisis

La teoría propuesta por Sandel acerca de la política dividida entre lo «abierto» y lo «cerrado» cobra especial relevancia en momentos de crisis, como la pandemia de Covid-19. Mientras que las clases más acomodadas podían continuar trabajando desde la seguridad de sus hogares, muchas personas con trabajos menos remunerados y con menor cualificación vieron sus empleos desaparecer.

El populismo y la respuesta a la meritocracia

En una era de incertidumbre económica y cambios rápidos, la retórica populista ha encontrado terreno fértil. El resentimiento hacia las élites «meritocráticas» y el sentimiento de abandono por parte de aquellos que no se ven reflejados en sus ideales ha tenido un peso significativo en la política global, tal como lo demuestra el ascenso de líderes como Donald Trump o el éxito del Brexit.

Educación y elitismo: la paradoja de la meritocracia

Es irónico que, en un sistema que promueve el éxito basado en el talento y el esfuerzo, el proceso esté tan marcado por la desigualdad. Las universidades más prestigiosas se encuentran frecuentemente en el ojo del huracán debido a escándalos de admisiones y una aparente preferencia por estudiantes de entornos más privilegiados.

Un sistema fallido: las universidades y el «american dream»

Es claro que el sueño americano y el acceso a una educación de élite están intrincadamente vinculados en Estados Unidos. Sin embargo, esto no debe interpretarse como una señal de un sistema meritocrático saludable. La crítica de Sandel a este modelo se centra en la realidad de que el acceso a estas instituciones continúa siendo un juego de poder y riqueza más que de mérito.

Incluir a todos: el bien común por encima del mérito

La pregunta que Michael Sandel invita a reflexionar es si la sociedad actual no debería trascender la meritocracia en busca de una visión más inclusiva y justa del bien común. Es imperativo instaurar un sistema que valore las diferentes formas de contribuir a la sociedad, más allá de la acumulación de logros individuales.

Superar las etiquetas y fomentar la colaboración

Parte de la solución pasa por superar la visión estrecha de éxito personal y abrazar la diversidad de talentos y habilidades que enriquecen a la comunidad. Solo así podremos construir una sociedad donde cada persona, independientemente de su «mérito», pueda sentirse valorada y parte de un todo más grande.

Reflexiones finales sobre la meritocracia y el sentido de comunidad

Al final del día, lo que Sandel propone con su crítica a la meritocracia no es una eliminación del concepto de mérito, sino un replanteamiento del mismo que permita reconstruir el tejido social y priorizar el bien colectivo. Es necesario comenzar un diálogo honesto sobre cómo equilibrar la recompensa al esfuerzo individual con la responsabilidad hacia la sociedad en su conjunto.

La traducción y la importancia de la claridad en el mensaje

La labor del traductor, en este caso, Albino Santos Mosquera, es crucial para transmitir estas ideas. No se trata solo de intercambiar palabras de un idioma a otro, sino de adaptar conceptos y términos para que resuenen con igual fuerza en culturas y lenguajes distintos. La clara traducción de Santos permite una comprensión profunda de las ideas de Sandel, y destaca la importancia de la lingüística en el debate intelectual.

La fugacidad del mérito frente a la perdurabilidad del bien común

En un mundo cambiante y cada vez más conectado, los conceptos de mérito y éxito deben ser evaluados constantemente. ¿Qué significa tener mérito en un contexto globalizado? ¿Cómo podemos asegurar que el reconocimiento al mérito individual no socave la noción de bienestar colectivo? Son preguntas que siguen resonando y que requieren de una constante.

Conclusión

La obra de Sandel es mucho más que un ensayo sobre la meritocracia; se trata de una invitación a repensar la estructura de nuestra sociedad y el valor que asignamos al éxito personal. En última instancia, «The Tyranny of Merit» es un llamado a buscar un balance entre el reconocimiento al mérito personal y la construcción de una sociedad basada en el respeto por el bien común. Este debate, lejos de ser meramente académico, tiene implicaciones reales en la vida diaria de cada individuo y en el futuro de nuestras comunidades.

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